(He querido completar el anterior artículo con este otro, y crear una pequeña serie sobre «Incorporar Hábitos».)
En todos estos años dedicado a la Productividad y los Hábitos he impartido cientos de cursos, conferencias, talleres y webinars. Y siempre siempre siempre siempre los termino diciendo esto: empieza poco a poco, intenta pocas cosas, selecciona, reduce, limita, céntrate en un área y concentra tus esfuerzos. Bueno, pues ¿te imaginas cuántas personas me hacen caso?
Me lanzado a cambiar con ganas
Imagina que una persona (que igual eres tú) se propone lo siguiente: «Tengo ganas de cambios y de mejora», y aquí y allá vas encontrando sugerencias y buenas ideas: a lo mejor en un libro o un artículo, en un podcast, en un vídeo de YouTube, en un reel de Instagram… donde sea. Y al descubrir todo eso entro de ti hay algo que hace «clic» y tu mente empieza a burbujear. Hay tantas buenas propuestas… crees que todo eso te va a fenomenal y, claro, te entusiasmas, te vienes arriba y pones en marcha varios cambios a la vez.
Y aunque al principio parece funcionar y estás animado, veo que empieza a chocar con la rutina y la actividad del día a día, que es implacable. Y me frustro, me desanimo… La tarea de mejorar mi organización, mi sistema de trabajo, mis hábitos, me parece inabarcable y hasta imposible. «¿Será que yo no estoy hecho para esto?»
Si alguna vez has estado (o estás) en una situación así o parecida… Tranquilo, tranquila, porque vivirlo así y sentirse así, es absolutamente normal. Pero es posible que hayas cometido uno de los principales errores en el que hemos caído casi todos los que queremos mejorar nuestros Hábitos. Pero PARA NADA tienes que desesperarte, y mucho menos abandonar ese cambio que has visto que necesitabas. Simplemente, enfócalo de otra manera.
El poder del «menos» en tu cambio
Todo el mundo PUEDE cambiar pero no todo el mundo sabe hacerlo. Con mucha frecuencia la manera en la que lo intentamos es la que penaliza nuestros esfuerzos. Por eso te animo a esto: reenfócalo, encáralo de manera diferente SIEMPRE agarrándote a una palabra mágica en todo cambio personal: MENOS.
Al introducir y hacer tus Hábitos, MENOS siempre es mejor. Menos cosas, menos rápido, menos impaciencia, menos a la vez.
El hecho de probar varios cambios a la vez no va a hacer que mejores antes. Todo lo contrario. Esta sociedad de las prisas y la instanteindad en la que vivimos, ese «quiero eso y lo quiero ya», en plan Glovo o Uber, no funciona con los hábitos. No si quieres que duren.
En vez de intentar caminar un poquito en un montón de direcciones diferentes, centra tus esfuerzos en avanzar en serio en UNA sola dirección, algo que para tí sea realmente importante y que te ayude a crecer de verdad.
Llevando el «menos» a nuevos hábitos
Vamos a aterrizar, no quiero quedarme solo en este concepto del MENOS, que es esencial, pero que tenemos que concretarlo en la vida real. Siempre siempre siempre hay que llevarlo todo a acciones concretas que harás esta tarde o mañana por la mañana.
Cuando te encuentres con ganas de introducir varios cambios a la vez, o que tengas muchas opciones y no sepas cómo enfocarlo, puedes seguir estos tres pasos que vienen ahora:
- Pon por escrito, en una hoja, todas las áreas o partes que te gustaría cambiar, o donde ves que necesitas actuar. También vale una pizarra o una tablet. Pero plásmalo por escrito, con tu propia mano, y siempre en forma de esquema, diagrama o mapa mental, en vez de párrafos. Evita hacerlo con la cabeza o en un ordenador. Lo de pintarlo y anotarlo en forma diagrama o esquema, no es capricho, y es que contemplarlo en su conjunto te ayudará a analizarlo y valorarlo mucho mejor.
- Reduce y selecciona. Que significa: elige una y solo una cosa, un cambio, un hábito. Solo uno. Aquí y ahora, ¿qué es lo más importante? «Pues… todo Berto, es que necesito cambiar muchas cosas. Si no no las hubiera puesto ahí». Por supuesto… y lo harás… con el tiempo. Pero ahora hay que enfocarse en una cosa, centrar tu interés y tus esfuerzos en una cosa: empieza por la que veas que necesitas más o que intuyes que puede darte ese salto de calidad. Recuerda: los cambios de hábitos o de rutinas de trabajo son incompatibles con la instantaneidad o las prisas.
- Despieza ese área o cambio en acciones pequeñas y específicas, cosas que puedas visualizar y practicar. Una de las claves para vivir enfocados es pensar en forma de acciones concretas y pequeñas. Ellas te ayudarán a plantear tu cambio poco a poco, de forma escalonada y progresiva, sin caer en otro error típico: hacer demasiado y muy pronto. (Si te interesa profundizar en este punto, te recomiendo que reescuches el episodio 122 del Podcast, donde te hablaba de algo que guarda mucha relación con esto: los Minihábitos).
Dirige y Concentra Esfuerzos
No te quedes nunca en la desesperación porque algunos cambios o hábitos vayan regular o incluso mal. Tampoco aceptes la frustración por intentar algo y que vaya mal. Tranquilo/a, porque es totalmente natural, como personas que somos, tú y yo vamos a fallar en cosas que intentemos… pero eso no significa que tiremos la toalla. Reconsidera, reenfoca… enfócate en MENOS.
Poner en marcha ciertos Hábitos exige Tiempo-Energía-Atención. Concentra por tanto tus esfuerzos en avanzar en serio en una sola dirección en lugar de intentar mil cosas, reduce: menos es mejor. Centrar el interés y la atención en menos cosas. Enfocar tus esfuerzos en menos cambios. Menos, menos, menos… esa es la clave para conseguir grandes cambios y poco a poco ir cambiando a lo grande.