¡Ay las cosas de casa! A veces somos bastante efectivos y organizados en el trabajo pero en casa… la cosa cambia. Conozco personas con unos férreos y bien definidos hábitos para sus tareas y proyectos, y que luego le cuesta horrores llevar esa misma “filosofía” a las cosas de casa. Especialmente en lo que se refiere al orden y organización. Y dado que el hogar es la oficina para muchos, es un detalle que cada vez cuenta más.
Tal vez sea tu caso, o conozcas a alguien en una situación así. Ocurre bastante, es común que no prestemos suficiente atención al orden y la organización en nuestro hogar, ya que es nuestro espacio personal y no compartimos responsabilidades como en el trabajo.
La buena noticia es que cuesta muy poco ponerse en marcha. Con sencillos hábitos y pequeños gestos. Ese es el poder de estas rutinas cotidianas que tanta gente pasa por alto, y que luego se traduce en constantes pérdidas de tiempo y energía.
Crea tus reglas, aquí te presento siete
Naturalmente, cada persona y familia debe establecer sus propias reglas y rutinas. Pero creo que las siguientes siete reglas pueden ser de gran ayuda para mantener el orden, y pueden ser un buen punto de partida. Ojalá te ayuden tanto como a mí:
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Devuelve lo que uses a su lugar de origen inmediatamente. Ya sea utensilios de cocina, ropa, herramientas o cualquier otro objeto, guárdalo en su sitio una vez que hayas terminado de usarlo. Enséñales a tus hijos este hábito para que también lo apliquen con sus cosas.
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Asigna un lugar para los objetos que llegan a casa. Utiliza una bandeja o caja en la entrada para colocar temporalmente cosas que necesitas revisar o decidir qué hacer con ellas. De esta forma, evitarás tener objetos dispersos y podrás organizarlos más fácilmente.
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Elige dos momentos a la semana para la limpieza. Realiza una limpieza rápida a mitad de semana en áreas como la cocina y el baño, y una limpieza más profunda durante el fin de semana. Hazlo temprano en el día para tener tiempo para otras actividades.
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Agrupa tus recados en un solo día. Siempre que sea posible, realiza todos tus recados en un mismo día, como ir a la farmacia, hacer compras o recoger ropa. De esta manera, ahorrarás tiempo y esfuerzo.
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Mantén a la vista y al alcance los objetos que usas con frecuencia. Esta regla es especialmente útil en la cocina o área de trabajo. Asegúrate de que los objetos menos utilizados no estén obstruyendo el acceso a los que usas constantemente.
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Resetea todo antes de dormir. Reordena el salón y la cocina al final del día. Convertir esto en una rutina te facilitará levantarte en la mañana y encontrar un espacio ordenado y despejado.
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Prepara todo lo que necesitarás al día siguiente. Asegúrate de tener lista la ropa, mochila, ordenador y cualquier otra cosa que necesites llevar contigo. Esta regla es especialmente útil si tienes hijos, ya que ayuda a comenzar el día con más tranquilidad y menos estrés.
Las buenas rutinas: sencillas y eficientes
Bueno, como puedes ves, son siete «regla» en absoluto complicadas, pero tremendamente efectivas en la práctica. Es probable que no todos estos ejemplos se ajusten perfectamente a tus necesidades personales o a las de tu hogar, y quizás sea necesario que realices algunas adaptaciones o, incluso, que pienses en ideas similares que se adecuen mejor a tu situación. Lo importante (siempre) es tener esos hábitos, apoyarnos en ellos para simplificar y aligerar nuestra vida, y dejar las preocupaciones y desorden para las cosas que no podemos controlar.