3 Hábitos vitales que me ayudan a correr menos y tener un rumbo

En los últimos años me he centrado deliberadamente en correr menos y, además hacerlo con un rumbo. Las personas corremos. Mucho. Y cada vez más. Nos hemos acostumbrado a hacer varias cosas a la vez, recibir respuestas inmediatas y nos hemos vuelto más impacientes que nunca.

Trabajar rápido, ágil e intenso, pero hacerlo con intención y rumbo, es importantísimo para mí.

Correr menos

Impacientes y todo a la carrera

Vivimos un momento en el que todo va a la velocidad del rayo, rodeados de montones de herramientas, saturados por un consumo de información, sometidos a una presión de notificaciones y estímulos que no para de crecer.

Fíjate por ejemplo en este pequeño extracto de una conversación que hace tiempo tuve con un amigo, cuando hablábamos de las urgencias, horarios y de las exigencias que su trabajo le planteaba.

«Berto, tú no lo entiendes, mi trabajo tiene un ritmo altísimo, hay que ir a tope y correr mucho».

«Claro que hay que correr. La mayoría de los trabajos son así. Pero más importante que eso es saber hacia dónde corres».

Hábitos que orientan y reorientan

En un entorno así los Hábitos como el Foco, la Planificación o la Evaluación, parece que cada vez tienen menos cabida. Que son pérdidas de tiempo. Cuando es justo lo contrario. Porque además son compatibles.

Hay que correr, el tipo de trabajo que tenemos y el mundo en el que vivimos nos demanda eso. Pero no es incompatible con parar y ver.

Yo, como cualquier otra persona, tengo mis momentos de caos, desorientación y carrera. Mucho menos que antes, he de decir. Y es así no porque desayune distinto o yo sea especial. Sino porque tengo tres Hábitos que sí son especiales.

Los tres, a diferentes niveles y momentos, me permiten parar y orientarme. O reorientarme si es que estoy teniendo un día o una semana complicada

1. Reviso cada semana mi «salud productiva»

Muchas personas hacen una revisión/evaluación del trabajo al concluir la semana. Yo también. Y además desde hace mucho tiempo. Pero en ese vital ejercicio personal y profesional, además de una evaluación cuantitativa («qué he hecho, qué no he hecho, cuánto llevo, qué me falta, qué es lo próximo…»), hago otra cosa que me ayuda a saber hacia dónde estoy corriendo.

HÁBITO: semanalmente evalúo la parte cualitativa de mi trabajo, de cómo trabajo. Es lo que yo llamo mi «salud productiva». Y me fijo en si me he preparado y adelantado al trabajo, si he caído en muchas distracciones y pérdidas de tiempo, o si me he dejado atrapar por el trabajo de mentira, entre otras cosas

2. Ante una «urgencia», paro y pienso

Cada vez hay más imprevistos y sobre todo falsas urgencias. Situaciones que, en apariencia, exigen que deje todo lo que estoy haciendo y salga corriendo para atender eso. Y eso lleva a dejar a medias muchas tareas, pero además a desviar mi Tiempo y Atención de cosas mucho más importantes.

HÁBITO: cuando por Correo, Whatsapp o en una llamada llega una situación o problema que aparenta ser urgente. Paro un segundo y digo estas palabras: «A ver… ». Es una fórmula verbal que utilizo para separarme lo necesario de la precipitación y la confusión, y ver con más claridad las cosas. Eso me ayuda a elegir con más claridad. Y acertar

3. Evalúo a diario el «Core» de mi trabajo

El «Core» son las tareas y actividades más importantes que puedes hacer. Aun cuando al cabo del día y de la semana hacer «un montón» de cosas, hay algunas que tienen un impacto especial. Es la columna vertebral de tu puesto, proyecto, equipo… Son las tareas críticas en las que se sustenta mi negocio, en lo que tengo que ser bueno. Hacer eso y hacerlo bien, significa que mi Tiempo y Energía están bien invertidos.

HÁBITO: al final de cada día me hago esta pregunta: «Berto, ¿qué has hecho hoy por tu «Core«?» La respuesta me ayuda a ver si voy por buen camino, si tengo que hacer ajustes o cambios, reprogramar tareas o distribuirlas mejor. Primero veo, luego actúo.

Estos tres esenciales Hábitos (más otros que tengo a mi alrededor), me ayudan a centrarme en lo importante y no perderlo de vista. Objetivos, metas, prioridades… aquéllo que tú estés buscando ahora. Pero tenerlos (muy) claros es vital cuando tienes que correr… pero además quieres asegurarte de saber hacia dónde.


También te puede interesar...