Reivindicando el Tiempo de Calidad: la Magia de los «Momentos Ahora no estoy»

Cada vez pasamos más tiempo con la cara pegada a nuestros dispositivos y los ojos clavados en una pantalla. Cada vez tenemos menos espacio para nosotros mismos y las cosas importantes: tareas clave, prioridades… Pelear por conseguir y bloquear tiempo de calidad se ha convertido en un ingrediente indiscutible dentro de la receta del trabajo inteligente.

Desde que te levantas y tu día ya está lleno de correos, distracciones, interrupciones, reuniones, redes sociales, blogs… toneladas de información y estímulos. En esta enloquecida rueda de hamster, apenas sacamos un rato para desconectar y estar a solas con nosotros mismos. Todo lo que hacemos nos manda en todas direcciones y, a la vez, en ninguna.

El Agobio de la Sobreinformación

Con todos estos estímulos llegando desde todos lados, encontrar un tiempo de calidad para pensar y hacer lo que realmente importa se ha vuelto una misión cada vez más difícil. Pero no tiene que ser así… no puede ser así si lo que buscas es hacer más con menos esfuerzo.

Piensa esto unos segundos: imagina que tu mente es como un jardín. Si le echas agua todo el tiempo (información y estímulos), se inundará y no podrás cultivar nada. Pero si riegas lo justo y dejas que la tierra absorba y procese, podrás cultivar flores preciosas (ideas y tareas significativas). Y es donde ahí entran en juego los Momentos «Ahora no estoy»: esos ratos de aislamiento y desconexión total durante el día.

Es increíble comprobar cómo ninguneamos a nuestra mente, eso que necesitamos para hacer y rendir… y no digamos crear y brillar.

Los Regalos de los Momentos «Ahora no estoy»

Con «momentos» me refiero a programar tu día para hacer un hueco para esta desconexión. O huecos, lo que es (claro) mucho mejor. Y con «Ahora no estoy» quiero decir precisamente eso: aislarte, cortar la comunicación con el mundo exterior y tener un rato en el que solo estás con lo que tienes delante.

Estos Momentos «Ahora no estoy» diarios y semanales, son un autentico tesoro. Yo los llevo practicando y disfrutando desde hace más de diez años. Y cada vez más. Principalmente te regalan tres cosas:

  • Te dan tiempo y concentración para las tareas realmente importantes. Aquellas que te aportan más valor y resultados. Tareas que requieren de toda tu energía, creatividad, ritmo, atención y lo mejor de ti. Este tiempo de calidad está destinado precisamente a esas tareas que dejan huella, a esas tareas que no se olvidan.
  • Aumentan tu ritmo y eficiencia en el trabajo. Durante estos momentos no hay distracciones ni interrupciones, así que trabajas en tu rendimiento pico. Esto es genial cuando estás terminando un proyecto, tienes una fecha de entrega a la vista o te cae una tarea de repente que hay que hacer ya.
  • Te dan tiempo para pensar (algo que cada vez se hace menos). Esta “desconexión tranquila” ayuda a que surjan pensamientos e ideas que son la chispa para tus acciones. Si no reflexionas ni hablas contigo mismo, te estás perdiendo una parte esencial de tu vida.

Estos Momentos «Ahora no estoy», ya sean de 10 minutos o 2 horas, valen mucho más que otros momentos de trabajo o personales. Es un tiempo de mayor calidad. La ausencia de ruido, estímulos externos y distracciones hace que logres más y mejor. Es un tiempo en el que actúas o piensas de manera más intensa. Veinte minutos de desconexión son como cuarenta. Una hora, como dos. Por eso, vale la pena luchar por conseguirlos. Hoy más que nunca.

De entrada no parece fácilconseguir esos ratos, porque nuestra mente adicta a la dopamina se encargará de buscar cualquier pretexto para no hacerlo. Pero si realmente buscas pilotar tu vida de forma diferente y trabajar de manera inteligente, pelear y propiciar esos Momentos «Ahora no estoy» es algo innegociable para ti.


También te puede interesar...