Hay una forma no tan conocida de procrastinar menos. No siempre retrasamos tareas por no tener ganas o por falta de estímulos. A menudo lo hacemos porque la tarea se resiste y cuesta avanzar… y terminamos por dejarla. Aunque te pones con ella desde el primer minuto se pone cuesta arriba: no sabes cómo enfocarla, te falta material o algún dato, no encuentras las palabras adecuadas, dudas si poner esto o lo otro, no das con ese archivo que necesitas para continuar, etc.
Dicho en pocas palabras: estás encontrando «fricciones». La tarea ofrece una resistencia (o varias), e inmediatamente tu mente te sugiere una escapatoria rápida: ¡posponerla!
Preparar antes= menos Fricciones
La gran noticia es que puedes procrastinar menos, porque muchas de esas fricciones que terminan en frustraciones y retrasos se solucionan con una pequeña preparación previa. Y es que para ciertas tareas, momentos y actividades no basta con lanzarte a hacer. Hay que hacer un ligero trabajo antes de empezar.
Soy un defensor de la preparación… pero lo justo. Porque preparar no es hacer, así que no hay que pasarse: tu tiempo y energía debe destinarse mayoritariamente a hacer y avanzar.
Pero a veces preparar es in-dis-pen-sa-ble. Y es que hay determinadas tareas, actividades o momentos que, por experiencia o intuición, sabes que pueden retorcerse y terminar en un «ya lo haré otro día». Fíjate sobre todo en tareas que has retrasado en el pasado o que tradicionalmente tienes tendencia a procrastinar.
Qué mirar para preparar
Aquí te dejo algunas pistas para que esa preparación funcione, y te ayude a neutralizar la posibilidad de procrastinar:
- Ten claro el objetivo real de lo que vas a hacer: lo que tienes que hacer o conseguir.
- Asegúrate que tienes las herramientas, medios y materiales que necesitas. ¿Tienes todos los datos e información que necesitas?
- Comprueba si lo puedes hacer solo o si necesitas la ayuda de alguien.
- Decide y visualiza los primeros minutos de la tarea o el momento: ¿cómo vas a empezarla?
- Decide si conviene dividir la tarea en varias partes o fases para hacerla de forma escalonada, sin atragantarte.
- Pregúntate si tienes que leer o revisar algo antes, como un documento, una página web o un correo.
Sin duda merece la pena dedicar unos minutos si con ello eliminas una fricción y retrasas menos cosas. Una pequeña inversión que te hará ganar mucho.