Mi fórmula personal para leer feeds

Leer blogs mediante un lector de feeds es algo que muchos de nosotros hacemos todos los días. Se ha convertido en una «tarea» más a la que le destinamos tiempo, energía, atención y recursos. Es una tarea, un compromiso, que hemos decidido hacer voluntaria y deliberadamente, y que necesariamente ha de convivir con otras tareas mucho más importantes. Y ahí es donde empiezan a surgir algunos problemas.

Alguna vez que otra escucho en Twitter: «vaya agobio, me quedan cientos de feeds por leer!». Pero, ¿acaso es ese tu trabajo? ¿Qué te impide marcar todos como leídos y seguir con lo que estabas haciendo? ¿Se va a venir abajo tu vida por no leer feeds ese día? ¿Vas a permitir «agobiarte» o estresarte por una actividad totalmente prescindible?

Leer feeds puede ser una actividad gratificante y enriquecedora, pues nos aporta información, conocimiento y entretenimiento. Ahora bien, como todo lo que sale de la pantalla, creo que hay que saber utilizarlo, fijar límites y sobre todo tener presente que sólo está ahí para ayudarte. Sólo es una herramienta. De lo contrario devorará un parte de tu día y energías destinadas a otras cosas mucho más valiosas.

Tanto si eres de los que «sufren» como si no, me apetecía compartir contigo algunas de mis rutinas y gestos a la hora de ponerme a leer feeds. Esta es la fórmula que mejor resultado me ha dado a mí:

  1. Antes de suscribirme, me lo pienso dos veces. Es tan fácil hacer clic en el botón de suscribirse que es un gesto que no duele. Pero justo en ese momento procuro pensar que con ese gesto me estoy cargando de más «trabajo». ¿De verdad y sinceramente me va a aportar algo ese nuevo blog?
  2. Utilizo una buena aplicación. Y además trato de conocerla a fondo. En mi caso personal utilizo Google Reader y he procurado aprender todos sus secretos.
  3. Cuido la organización y carpetas. Tengo una carpeta de «Favoritos» que leo casi todos los días y el resto de blogs los mantengo en carpetas por temas: diseño, productividad, etc. Al igual que en el Email, el orden es algo que no cae del cielo y hay que fomentarlo.
  4. Trato de leer menos blogs pero mejores. Hace tiempo tenía cientos de blogs en mi lector y ahora hago más hincapié en la calidad y en lo que verdaderamente me aportan. Mi trabajo no es conocer más blogs sino enriquecerme con su lectura.
  5. He fijado un tiempo máximo de lectura. Rara vez leo más de 30 minutos al día.
  6. He fijado una hora al día para leer. Suele ser al final de la jornada, entre las 16:00 y las 17:00. Es una actividad que no exige de mí demasiada concentración así que la hago cuando ya estoy cansado.
  7. Guardo los mejores artículos. Hay auténticas joyas en Internet. Y las han escrito personas a las que es posible que jamás conozca que sin pedirme nada a cambio y de forma desinteresada dan una parte de sí mismos para que yo sea mejor. Y eso se nota en ciertos artículos. Cuando me encuentro con una perla, la guardo. A veces en delicious pero generalmente en Evernote (aquí explicaba cómo montar tu propio delicious).
  8. He aprendido a decir «no». Si un día no puedo o no quiero, no leo… y no pasa nada. Mi trabajo no es leer blogs. Es cierto que es un complemento importante pero es eso, un complemento. Procuro entregarme y hacer las Tareas Clave, que sí son mi trabajo y sí producen resultados.
  9. Hago limpieza y mantenimiento con frecuencia. Los blogs cambian y yo también. Lo que hace medio año tenía mucho interés para mí, hoy ha dejado de tenerlo. Por tanto, ¿para qué mantenerlo en mi lector?
  10. Me recuerdo el porqué de leer feeds. Que yo haga tareas diarias o periódicas no quiere decir que no les de un sentido. Hacer algo porque sí o porque toca y hacerlo de forma instintiva es pasaporte directo a que tarde o temprano termine por aburrirte o irritarte. La lectura de feeds es genial de por sí, pero además me gusta recordarme con bastante frecuencia por qué lo hago y qué me aporta de verdad.

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