Las 5 maneras infalibles de fallar cuando intentas un Cambio

Invertir en buenos hábitos es vital. Y cada vez más. Eso no lo discute nadie. Pero más importante que eso es construir Hábitos que duren, que te cambien a ti y lo que haces… pero PARA SIEMPRE. Y el problema precisamente está ahí: la gran mayoría de los Cambios y nuevos Hábitos caen en «efecto gaseosa». Los pones en marcha, más o menos funcionan los primeros días, pero luego sus efectos se van evaporando. Y en poco tiempo estás como antes…

intentar cambio

Querer cambiar es normal y es bueno. Buenísimo. Y hoy más necesario que nunca, dadas las exigencias de los demás, la cada vez mayor carga de trabajo, y el tremendo ritmo bajo el que vivimos. Pero, ¿realmente sabes cambiar? ¿Sabes elegir, adaptar e incorporar Hábitos de forma inteligente? ¿Tienes un método, una fórmula o al menos una manera intencionada de hacerlo?

Querer cambiar, saber cambiar, lograr Cambiar, y conseguir que ese cambio dure, son cosas distintas. Y hoy más que nunca necesitas eso.

Llevo peleándome con mis hábitos desde hace más de quince años. Y desde hace diez comparto mi «Filosofía del Cambio» con otras personas. Y la queja número uno que siempre escucho es esta: «Berto, me sé la teoría pero llevarlo a la práctica es otra cosa.

1Buscar atajos y hacerlo por la vía rápida

«Lo quiero rapidito y lo quiero ya».

La mayoría de la gente que intenta un Cambio sí está capacitada y preparada para conseguirlo, pero NO de la manera y en el tiempo que inicialmente quiere. Y es que somos una sociedad impaciente que poco a poco ha ido olvidando qué es eso de «cocinar a fuego lento». Salvo que lo que intentes sea algo pequeño, tienes que tener paciencia y tiempo. Si de entrada no tienes eso, mejor no empieces.

2Tomarlo como una prueba o un experimento

«Esto suena bien, voy a probarlo a ver qué tal sale. Total, ¿qué puedo perder?

La «moda de los Hábitos» está más de moda que nunca. Blogs como este y otros muchos, podcasts, youtubers, autores de libros, todos hablamos de Hábitos productivos, rutinas saludables, o cosas así. El caso es que lo oyes o lo lees, e inmediatamente te seduce. Tal vez por una necesidad concreto que tienes, o porque la otra persona te lo vende bien. El caso es que animado te pones en marcha con el Cambio/Hábito sin tener claro el porqué, el cómo, y cuándo lo vas a hacer. Vas «a ver qué tal sale la cosa». Y a no ser que se trate de un «nanocambio», todo Cambio Personal tiene que tener un fondo, una capa indispensable con ciertos ingredientes. Sin ellos, es difícil que cuaje.

3Fiarlo todo a la disciplina y la fuerza de voluntad

«Esto lo consigo yo, vaya que sí. Cuando me propongo una cosa, tú no me conoces…»

No, no te conozco. Y por lo que se ve tú no conoces cómo funciona un Cambio Personal a medio-largo plazo. Porque apostarlo todo a tu supuesta disciplina o fuerza de voluntad, es ponerle caducidad a tu Cambio. Porque aun cuando seas disciplinado, muy voluntarioso, o estés supermotivado, con el paso de los días ocurrirán muchas cosas que afectarán a tu proceso de cambio: distracciones y cambios de prioridades, problemas de agenda, dificultad para encontrar tiempo, etc. Y no puedes reaccionar y manejar todo eso a base de «querer es poder. Necesitas algo más…

4Hacerlo sin un Método o un Plan definido

«Uno de estos días me pongo con ello y ya verás cómo lo consigo, no puede ser tan difícil.

Intentar un Cambio o introducir un Hábito sin un Plan pensado, definido, intencionado, suele ser sinónimo de fracaso. Es cierto que no hay que tener un plan para todo, pero sí para las cosas de cierta complejidad, o que en el pasado no hay funcionado. Si vas a repetir lo mismo de antes, si vas a intentar un cambio a lo loco, si no sabes cómo hacerlo y cuándo vas a hacer qué… ¿a dónde vas? En serio, ¿a qué estás jugando? Solo conseguirás tirar tu tiempo y tu esfuerzo, te desesperarás, y terminarás por perder confianza para del siguiente cambio que probablemente sí necesitabas.

5No concretar el Hábito lo suficiente

«Quiero empezar a llevar una vida más sana». «Quiero que mis mañanas sean más productivas».

Exactamente… ¿qué significa todo eso? TIENES que concretar el Cambio o el nuevo Hábito en detalles y gestos específicos que tú puedas a introducir y ejecutar en determinados momentos del día, de la semana… ¿Qué detalles, gestos o cambios concretos vas a introducir? ¿O qué malos hábitos o gestos concretos tienes que evitar o eliminar? Quedarse en el titular general, muy voluntarioso pero poco claro, es el primer mal paso que dan muchas personas.

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