Los 6 bumeranes que te puedes estar lanzando en el trabajo

Si alguna vez has lanzado un bumerán, sabrás que más temprano que tarde vuelve sobre ti. Por muy fuerte que los lances, siempre vuelven. En el trabajo, sin quererlo claro está, no paramos de lanzarnos bumeranes. Sí, a nosotros mismos. Son cosas o detalles, malos hábitos o momentos que, por no cuidarlos, terminan volviéndose contra ti. ¿Y sabes qué? Que nos hemos vuelto unos especialistas lanzando bumeranes en el trabajo.

bumeran trabajo

Aunque cada uno tiene sus propios bumeranes, hay algunos muy típicos. He recopilado los seis bumeranes que más detecto ahí fuera, cuando asesoro a Equipos de Trabajo. ¡Toma nota!

1Dar plazos en caliente, columpiándote con las fechas

Es, de lejos, uno de los bumeranes más habituales: alguien te pregunta «¿cuándo estará listo?» y en ese momento, tu mente, que aisla completamente lo que te piden de TODO lo que tienes que hacer, se pone en modo megaoptimista. Y das una fecha que te va a complicar muchísimo, y que te obligará a retrasar otras cosas que ya tenías previsto entregar.

Regla de oro que me enseñó uno de los primeros jefes que tuve en mi vida: sobre todo a un cliente o tu jefe, NUNCA le des un plazo en caliente. Si te aprieta para sacarte una fecha, responde con una elegante evasiva: «Ahora mismo no puedo decirte. Déjame que vea cómo tengo todo y te confirmo por Correo en media hora.»

2No hacer seguimiento de ciertas tareas encargadas

Hay tareas que encargas a otros y ya está, no hay que seguirles el rastro. Pero hay otras que sí. Tal vez porque te interesa ver el resultado, porque te las tienen que devolver para continuar tú, porque van a tener que intervenir otras personas, porque afectan a un cliente importante…

En esos casos no te puedes refugiar en el «ya se lo envié por Correo». Porque si te desentiendes completamente de ellas, luego puede haber problemas o desajustes con las fechas. Anota esa(s) tarea(s) para hacerles un seguimiento posterior; por ejemplo por correo, o la reunión semanal que tengáis. Pero tienes que saber cómo están ciertas cosas antes de que el paso de los días termine por el eliminar el margen que tienes hoy.

3Enviar un correo en el que falta información clave

Trabajamos a la carrera, en modo multitarea, y enviamos tantos mensajes al día, que hemos terminado por interpretar ese gesto como algo invisible. Todo ello mezclado en una coctelera hace que escribamos los correos de forma precipitada, chapucera, poco claros o incompletos. O todo ello a la vez.

A veces faltan las fechas (cuándo), a veces faltan detalles clave para entender lo que hay que hacer (qué), a veces no se especifica qué toca a cada persona que va en copia (quién). Todo eso, que muchas veces sale de ti, es caldo de cultivo para las descoordinaciones y las urgencias. La mala comunicación (sobre todo por Correo) es un bumerán muy habitual que luego se vuelve contra ti.

Los bumeranes en el trabajo son detalles, malos hábitos o momentos que por no cuidarlos terminan volviéndose contra ti.

4No saber lo que vas y no vas a decir en una reunión-llamada

La falta de preparación de una reunión, pero sobre todo de una llamada, que siempre se ve como algo ordinario y sin importancia, es otro típico bumerán. Y cada vez lo detecto más ahí fuera.

Al hablar de «preparación» de una reunión, uno siempre tiende a pensar en repasar los puntos a tratar, en si tiene que preparar algún material, y cosas así. Y así tiene que ser. Pero son menos los que piensan antes en lo que van a decir y en lo que NO van a decir. Algo vital cuando esa reunión-llamada es con un cliente y no quieres lanzarte un bumerán contra ti mismo.

IDEAS CLARAS = COMUNICACIÓN EFECTIVA = COORDINACIÓN POTENTE

5Dejar tareas elefante para el último momento

Las Tareas Elefante son tareas muy grandes que de forma general te convendrá dividir y hacer en varias partes, distribuídas en varios días. Pero normalmente, aun teniendo esa posibilidad, no lo hacemos así. Nos gusta más el deporte de riesgo que es lanzar un bumerán… y a ver qué pasa.

Cuando dejas ese tipo de tareas siempre para el último día («Me he reservado el jueves para cerrar esto. Me pongo y lo termino ese mismo día»), aumentan las posibilidades de que te enfrentes a varios problemas a la vez. Porque ese día es fácil que tengas otros imprevistos y alguna urgencia… y entonces tendrás una especie de tormenta perfecta que podías haber evitado con una pizca de preparación.

6Dejar sin terminar algo que podrías cerrar hoy

Un montón de personas trabajan hoy, hipotecadas por tareas de ayer; cosas que podían haber terminado si se hubieran puesto. No rematar las cosas (cuando hay posibilidad) es lanzarte un bumerán. Y de los gordos.Porque mañana tendrás menos tiempo del que hoy te hace creer tu mente; porque los demás vendrán con mil imprevistos y nuevas peticiones; porque mañana tendrás que reengancharte en frío a esa tarea; y porque mañana tendrás que dedicar Tiempo-Energía-Atención a algo de atrás… en lugar de centrarte en ir hacia adelante.

Si tienes posibilidad, cierra y remata la tarea. Justo lo contaba en mi anterior artículo: «Empezar es inevitable, pero Terminar es imprescindible». Ir dejando cabos sueltos, tareas sin terminar, frentes abiertos, es ir lanzándote bumeranes cada día. Piensa en todo lo que vas a poder caminar hacia adelante, si no estás preocupado por mirar hacia atrás.

¡Detecta tus bumeranes! Coordínate mejor y consigue más con tu esfuerzo inteligente… sin tener que echar más horas.


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