Cómo Sacarle el Máximo Partido a los «Oasis» en el Trabajo

Los «oasis» en el trabajo son momentos en los que se dan una serie de circunstancias en las que tú puedes trabajar mejor porque los demás te dejan trabajar mejor. Son momentos en el día y/o en la semana, donde hay menos actividad, menos ruido, menos interrupciones. Saber detectarlos y aprovecharlos es clave para aumentar resultados.

¿Cómo son y para qué sirven?

Los oasis son esos momentos en los que tu jefe, socios, compañeros, clientes, proveedores, familia (si trabajas o estudias en casa) no están ahí para «molestarte». Ni están cerca, ni llaman, ni interrumpen. En los oasis todo está más quieto. Ocurren menos cosas. Tu entorno es más propicio para encontrar la Atención, la Concentración y el Enfoque que tanto necesitas.

Estos oasis existen. Por pequeños o puntuales que parezcan existen. A veces se presentan cuando tú menos los esperas, por pura casualidad. O puedes ser tú el que los fomentes y propicies.

Tanto en un caso como en otro es esencial saber identificarlos y querer exprimirlos intencionadamente. ¿Cómo? Aprovechando para hacer tareas de más valor y mayor exigencia, en lugar de desaprovecharlos con actividades menores o microtareas.

¿Cómo encontrarlos?

A menudo ocurre que muchos de estos oasis están escondidos dentro de tu día de trabajo, dentro de tu agenda o la rutina que repites todos los días. Pero no nos percatamos de ellos. Lo mejor es revisar tus rutinas, tu agenda, tus costumbres, tus horarios, tu entorno, tu zona de trabajo… Analizar a fondo todo eso para encontrar cualquier indicio de oasis.

También es importante permanecer alerta para identificar estos oasis porque a menudo se presentan de repente. Hay que estar atento a lo que pasa y cuándo pasa para poder aprovecharlos en cuanto se presenten. Sin perder tiempo.

Ejemplos de oasis

Aunque cada persona tiene que encontrar los suyos, hay algunos oasis que son más fáciles de encontrar y aprovechar. Ahí van algunos sencillos ejemplos:

  • Al comienzo del día. Consiste en adelantar la hora de inicio media hora. Sin que ello implique trabajar más, te permitirá disfrutar de 30 minutos de oro donde no se escucha ni el vuelo de una mosca.
  • Al final del día. Las personas que entran tarde (por ejemplo por llevar niños al colegio) luego tienen 30 minutos o una hora al final donde la tranquilidad es máxima.
  • Aprovechar que el «interruptor» de la oficina no está cerca. Porque tu jefe o compañero más pesado están en una reunión.
  • Aprovechar el «silencio súbito» que a veces acontece en una oficina. De repente, no sabes muy bien por qué, un día concreto y durante un buen rato todos están quietos y callados (quizá estén durmiendo). Identifícalo y saca partido de ello.
  • Una mañana a la semana trabajas desde casa. Ese es un «pedazo de oasis» que hay que aprovechar al 200%.
  • La hora de la comida. Adelantándola o atrasándola, y aprovechar así esa media hora o una hora en la que todo el mundo está fuera.

Una de las claves para mejorar la productividad es «leer» lo que nos pasa o lo que pasa a nuestro alrededor y saber moldear nuestra forma de trabajo para sacar más partido. Recuerda: no es trabajar más, sino mejor. Y a veces eso pasa por aprovechar esos momentos (que ya tienes) en tu semana o en un día concreto.


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