Un test: ¿sueles caer en la Procrastinación de los Viernes?

¡Por fin es Viernes! Es un día distinto. Casi no cuesta salir de la cama, tienes una energía especial, estás de mejor humor. Tienes grandes planes para este finde, y queda poco para decir «¡hasta el Lunes!» ¿Pues sabes qué? Que estás en un día perfecto para Procrastinar. El viernes más que nunca… sí.

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Y ¿cómo puede ser que el día perfecto para derrotar a la Procrastinación, se convierta en una típico para caer en ella? Parece un contrasentido, ¿verdad?

Procrastinar los Viernes… todavía peor

Para explicarlo, quiero que te pongas en situación, y que visualices la pequeña escena a medida que la describo:

Es Viernes y estás en tu mesa de trabajo, frente al ordenador. El día avanza y vas completando tu lista de cosas pendientes. Todo va bien… sobre todo cuando miras el reloj: la hora de irte cada vez está más cerca.

Pero llegas a una tarea especial. Ahora toca una que tenías pendiente desde días atrás, y que habías ido dejando y dejando «para hacerla fijo el Viernes». La miras y la reconoces. Es posible que no sea una tarea nueva del todo, sino una a medio hacer que habías ido postergando.

La miras de reojo, esperando a que te diga algo, como el que espera que ella, por sí sola, le convenza a uno («¡hazme por favor!»).

Y es cuando reconoces la realidad: no te apetece NADA. La verdad.

Y a continuación dices esa frase con la que se desencadena la Procrastinación de los Viernes:

Bah, no la hago. Total, ya es viernes.

¿Te suena?

Pero como eres responsable en tu trabajo, no puedes dejar las cosas así. Y entonces, con toda la seriedad del mundo, haces un pacto sagrado contigo mismo que en realidad es una trampa.

Y dices: «Bueno, no lo hago hoy, pero lo pongo como primera tarea para el Lunes. Lo hago FIJO nada más llegar».

¿Te suena?

Es muy habitual, y muy humano por cierto. Lo hemos hecho todos. Yo también. Pero ese «pacto» entraña un peligro enorme en el fondo. Porque suele pasar de hecho puntual a tendencia, y de ahí a hábito.

#1
Si dejas cosas a medias los viernes, en primer lugar te perseguirán durante el fin de semana (sobre todo si son importantes, o hay mucho que hacer). Durante tu descanso, mientras deberías desconectar y divertirte, tu subconsciente te recordará periódicamente que eso se quedó pendiente. ¿O crees que no lo hará? ¿Por qué crees que se llama «subconsciente»?

#2
Y en segundo lugar, y aquí viene la trampa oculta en la que me gustaría que pensaras unos instantes: va a condicionar (torcer) el inicio de la siguiente semana. En lugar de empezar centrado en hacer cosas nuevas, seguramente de mayor impacto en tus resultados, dedicarás las primeras horas del Lunes a terminar lo que el Viernes dejaste a medias. Básicamente porque no lo quisiste hacer.

Hace unos meses, en otro artículo de los míos, te preguntaba ¿cuántas tareas de ayer te quitan tiempo hoy?.

Hoy te pregunto: ¿Cuántas semanas empiezan torcidas por cosas que dejaste pendientes el Viernes? (y que podrías haber hecho, claro).

El Viernes, el cierre de la semana, actúa como la llave para la siguiente: si lo haces bien o muy bien, la dejarás justo en la ranura. Lista para girar. Si no, perderás un Tiempo y Energía valiosísimos en buscar las llaves en el bolsillo, averiguar cuál es la llave para esa cerradura, y luego intentar meterla.

Con el autoengaño de la Procrastinación SIEMPRE pierdes tú. Darme cuenta de eso empezó ayudarme a cambiarlo.


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