Los 7 Magníficos de los malos hábitos

Malos hábitos tuve, tengo y tendré. Pero si algo he aprendido en los últimos cinco años de mi vida es que cualquier hábito se puede cambiar, se puede mejorar. No importa lo difícil o malo que sea mientras quieras extirparlo. Es posible eliminar esos malos hábitos y sustituirlos por otros más positivos y beneficiosos para ti.

De los malos hábitos se pueden decir infinidad de cosas, pero posiblemente la más importante es la siguiente; quédate con esta idea: los malos hábitos te impiden ser mejor.

Los malos hábitos te limitan, te lastran, te zancadillean, te frenan, te paran y en el día a día te hacen vivir a medias. Eres menos de lo que podrías ser, das menos de lo que podrías dar, vives menos de lo que podrías vivir. Ésa es la motivación que me mueve a animar a las personas (y a mí mismo) a mejorar sus hábitos.

Los malos hábitos tapan todo lo bueno que tienes y eres. Los malos hábitos te hacen peor.

Esos malos hábitos los hay de todos los colores y sabores, pero sí es cierto que hay algunos, un puñado de ellos, que se repiten con más frecuencia. En mi experiencia a la hora de tratar con personas que quieren mejorar su Productividad Personal, generalmente me encuentro con estos «7 Magníficos de los malos hábitos».

  1. Trabajar con distracciones y notificadores electrónicos abiertos.
  2. Contestar al teléfono en cuanto suena, no apagarlo o no utilizar el buzón de voz.
  3. No planificar —o hacerlo mal— las tareas Clave, las tareas Menores y las tareas Periódicas.
  4. Leer el Email a primerísima hora de la mañana y/o hacerlo cada 15 minutos // Artículo.
  5. No saber descansar: ni pausas entre tareas ni descanso rico y variado // Artículo.
  6. Caer en la multitarea // Artículo.
  7. Exceso de información y/o actividad online (no-profesional) // Artículo.

¿Te ves reflejado en alguno de ellos? ¿En varios a la vez? Yo, en varios.

Si estás dispuesto a cambiar, a mejorar, no puedo más que animarte pero sobre todo sugerirte que intentes un cambio inteligente. Recuerda: todo el mundo puede cambiar pero no todo el mundo cambia. La clave está en el cómo vayas a intentar ese cambio. Ahí van las claves que siempre me han funcionado a mí para lograr ese cambio efectivo:

  • Intenta un solo cambio a la vez.
  • Que ese cambio sea muy, muy pequeño.
  • Que sea muy, muy concreto y preciso.
  • Repítelo todos los días o con mucha frecuencia. El nuevo hábito se desarrolla a base de repetición.
  • Párate a evaluar cada cierto tiempo. ¿Cómo te está yendo?

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