10 medidas para sacar tareas adelante cuando no paran de interrumpirte

Tienes claro lo que hay que hacer, tienes hasta ganas y te pones a tope con la tarea. Pero los demás parece que se han puesto de acuerdo: interrupción va, interrupción viene. ¿Cómo terminar todo lo que hay que hacer con un panorama así?

martillo interrupciones

Que levante la mano quien no haya intentado trabajar en un «campo de minas» de interrupciones. Hay trabajos, incluso, donde la no-interrupción es la excepción. Y estoy pensando en personas de atención al cliente, trabajos de ventanilla, o en una recepción.

¡Vaya panorama! ¿Tiene que ser así?

En bastante de mis cursos escucho cosas como: «Con tanta interrupción, ¿cómo **** voy a ser productivo? ¿Cómo me voy a concentrar o terminar a tiempo si una y otra vez me cortan el hilo? ¡Así es imposible trabajar!»

Viendo el panorama la mayoría de la gente desiste. Baja los brazos. Da la batalla por perdida, y se limita a quejarse y resoplar… pero poco más.

¿Seguro que no hay otra alternativa?

¿Seguro que no hay nada que puedas hacer?

¡Por supuesto que sí!

Lo peor ante tanta interrupción es tirar la toalla. Porque se dispararán, y tú te acostumbrarás a no trabajar.

Lo ideal en casos así no sería actuar de manera aislada, sino en equipo. Crear una nueva cultura interna que, permitiendo la colaboración activa, fuera a la vez respetuosa con el Tiempo + Energía + Atención de todos. Pero esto, claro, es lo ideal.

Observando algunas oficinas, y sobre todo algunos jefes y directivos «cromañón», esto es una quimera.

Así que la pregunta sigue ahí: ¿qué puedes hacer tú?

Actúa. Corrige. Mejora

Te propongo 10 medidas prácticas para aplicar individualmente o de forma conjunta. Si actúas en varios frentes aumentas las posibilidades de aliviar la situación

  • 1. Apúntalo ahora, míralo luego.
    Trabaja con una libreta siempre cerca. Además de servir para mil cosas, te ayudará a anotar rápidamente pequeñas peticiones y, sobre todo, decir claramente «dime qué necesitas, lo apunto y lo miro luego». Al verte escribir con la cabeza hacia abajo, sin mirarle, el interruptor irá más al grano.
  • 2. Corta el parloteo, no les des carrete.
    Fija esta idea en tu cabeza: cuanto menos dure la interrupción, menos daño me hace. Elimina ya el «qué tal» o «¡cuánto tiempo!», y sustitúyelo por un «¿dime qué necesitas?» Para socializar y charlar, hay otros momentos y lugares sin tener que machacar tu Tiempo de trabajo.
  • 3. Divide la tarea en varias partes.
    Si te ves obligado a empezar-parar-reiniciar tus tareas, es más fácil reengancharte a ellas si las dividides en pequeños trozos. Partes que puedes ir haciendo y terminando entre parones.
  • 4. Aíslate. Escóndete.
    ¿Por qué no tienes reuniones contigo mismo? Puedes bloquear ese tiempo en tu calendario y aislarte en una sala, o trabajar desde casa si es posible.
  • 5. Aprovecha los momentos de paz
    Hasta aquellas personas en un mostrador saben que hay momentos en el día y la semana donde hay menos actividad (interrupciones). Son pequeños oasis en el trabajo donde puedes trabajar un poco mejor. ¿Los estás aprovechando?
  • 6. Programa bien las tareas clave
    Del mismo modo, tú sabes en qué momentos y días hay más ruído e interrupciones. Porque suelen repetirse como un patrón. No cometas el error de programar tareas de alto nivel para ratos así.
  • 7. Pide que no te interrumpan.
    Es alucinante ver las pocas veces que pedimos, a los que nos rodean, un rato de paz sin interrupciones. Si tienes delante una tarea clave, o necesitas poner el turbo, dilo en alto. Y déjalo claro: «chicos, por favor, salvo que sea necesario de verdad dejadme una hora sin interrumpir».
  • 8. Quita el «mobiliario para invitados».
    En uno de mis anteriores trabajos tenía al lado de mi mesa dos sillas libres. Era toda una invitación para que el pesado de turno viniera a verme, se sentara y se pusiera cómodo (con merienda y todo). En cuanto las quité, las interrupciones se recortaron drásticamente.
  • 9. Ejercita el músculo del «no».
    Deja de intentar ser un «bienqueda». Esto no va de agradar a todo el mundo, o de decir «sí» para parecer más eficiente. Sino de hacer tu trabajo e irte antes a casa. Y eso no está reñido con ayudar a otros. Muchas veces (casi siempre) hay que decir «ahora no puedo, pero en veinte minutos sí». Eso no te convierte en alguien egoísta, sino inteligente.
  • 10. No dejes la tarea a medias.
    Sea lo que sea lo que pase, o quien interrumpa, trata por todos los medios de terminar lo que tenías entre manos. Dejar cosas sin terminar es una monumental trampa en la que cae la mayoría un día tras otro. Escucho, apunto, remato MI tarea, y luego ayudo.

Si algo me ha enseñado mi labor de divulgador de Productividad Personal, metido en las tripas de cientos de empresas, y sobre todo mis 20 años trabajando, es que…

Si el trabajo no cambia, cambia tú algo del trabajo.

¿Conoces alguna fórmula mejor? ¿Cómo sacas tú el trabajo adelante cuando te interrumpen?


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